Los ojos del maestro

Eyes of the Teacher, awakening, consciousness, Fellowship of Friends, Robert Earl Burton

“Estaba pensando en el día más espléndido hasta que vi lo que exhibía el no-día,
Indescriptibles altas procesiones de sol y luna e innumerables estrellas arriba…
Estaba pensando en lo suficiente en este globo hasta que surgieron silenciosamente a mi alrededor miles de otros globos.” – Walt Whitman

Uno de mis primeros recuerdos de infancia ocurrió hace casi 40 años. Una cálida noche de verano, de la mano de mi padre, salimos a caminar por la pista de aterrizaje de aviones. Recuerdo detenerme y mirar hacia el cielo estrellado, centrando mis ojos en la hermosa línea formada por tres estrellas en hermosa simetría. Me pareció tan perfecto, tan bien organizado dentro del caótico mundo estrellado, que debí haberlo contemplado durante mucho tiempo. Recuerdo que mi padre me tomó en sus brazos, me sentó sobre sus hombros, me señaló las tres estrellas y luego me dijo: “Estas tres estrellas y las cuatro de las esquinas, son la constelación de Orión”.

A partir de esa noche, sin importar en qué parte del planeta haya estado, ni en qué estado emocional, personal y existencial me encontrase, siempre he vuelto a mirar hacia arriba buscando esa simetría. Y cada vez que lo vuelvo a ver, experimento una emoción profunda, no sólo ligada al recuerdo de mi padre sino también al hecho mismo del conocimiento. Que mi padre pronunciara el nombre de esa constelación significó que por el resto de mi vida podré reconocerla sin importar dónde esté ni quién sea.

Autoconocimiento significa conocer el Ser. Es el estudio del tercer y cuarto estado de conciencia en uno mismo. ¿Quién de nosotros puede realizar este estudio? Sólo algo superior y más rápido que los cuatro centros inferiores: el alma, el observador, el tercer ojo o como lo llamemos. Debe comenzar a conocerse y reconocerse como algo aparte del mundo subjetivo de los muchos “yoes”. Será un nuevo tipo de conocimiento, que no consistirá en palabras y conceptos, sino en la percepción directa de la verdad.

Todos hemos tenido la experiencia de escuchar las palabras de un maestro y darnos cuenta de que hemos tenido la misma experiencia, pero nunca pudimos expresarla con palabras. No podemos llegar al Autoconocimiento por nosotros mismos. Es necesario que nos lo señalen, y ese es el papel de un maestro. El papel del estudiante es reconocer este estado en sí mismo una vez que se le señala. Reconocer (re-conocer) significa volver a saber. Este estado ya está en nuestra experiencia, simplemente aún no lo hemos reconocido.

San Francisco y San Doménico

“Se necesita un cisne para conocer a un cisne” – Robert Earl Burton

Estábamos sentados uno frente al otro, mi maestro y yo. Había otros comensales en la mesa pero de alguna manera todo el ambiente se fue desvaneciendo gradualmente, se volvió borroso y mientras hablaba, incluso sus palabras también se desvanecieron. Incluso “yo” también se estaba desvaneciendo debido a mis esfuerzos por recordarme a mí misma. En un instante todo desapareció y recordarme a mí misma ya no implicaba esfuerzo. Simplemente estaba ocurriendo de la forma más luminosa y natural posible. En ese momento fui profundamente consciente de cada latido de mi corazón, de cada estallido sutil de energía que pasaba por mi ser, de todo lo que me componía y de todo mi entorno. De alguna manera, estaba experimentando un estado de no identificación, sin pensamientos, sin impulsos de ningún tipo y al mismo tiempo con plena conciencia, con una nueva noción de eternidad, infinitud y profundidad. Mi maestro, mirándome fijamente, atravesándome con sus ojos despiertos, interrumpió su silencio y dijo: “Esta es tu alma estando presente”. Entonces lo supe de verdad, más allá de toda duda.

Siempre sabré que el hermoso rectángulo con una línea diagonal formada por tres estrellas en el centro es la constelación de Orión. Y siempre sabré que el estado en el que experimento la infinitud interior, esa profundidad en la inmensidad de todo, es mi alma estando presente.

“Alguien, te lo digo, de otro tiempo nos recordará” -Safo